lunes, 23 de agosto de 2010

HOMENAJE AL PADRE DE LA PATRIA







Queridos niños y jóvenes de nuestra escuela: Hoy quiero dirigirme especialmente a ustedes, porque deseo que ubiquen en un lugar muy especial de sus corazones a un hombre que soñó con ver a nuestra patria crecer en libertad.

Se llamó José de San Martín y contagió a todo un pueblo sus ganas de que fuéramos una Nación independiente.

José de San Martín nació en Yapeyú, provincia de Corrientes, el 25 de febrero de 1778. Sus padres, Gregoria Matorras y Juan de San Martín eran españoles. Jugaba con los indios del lugar y todavía nadie podía imaginar que ese niño sería el héroe más grande de los argentinos.

Creció y fue con su familia a España, allí estudió la carrera militar. Poco a poco fue agrandándose en él la idea de liberar a su país querido, Argentina, del dominio español. Por eso, de regreso al país, luchó incansablemente contra el enemigo. Vivió modestamente, alejado del lujo. No eligió ni el poder ni el dinero. Fue un idealista y militar de excelencia. Creó el Regimiento de Granaderos a Caballo.

Para vencer definitivamente a los ejércitos españoles que eran muy poderosos en Chile y Perú, San Martín tenía un plan: preparar un ejército enorme y trasladarlo a través de la Cordillera de los Andes. Era tan difícil su plan que nadie esperaba que lo cumpliera. Junto con sus soldados tardó 21 días en cruzar las montañas y sorprender a los españoles. Grandes dificultades tuvieron que afrontar él y la gente que lo acompañó. Sin embargo, y a pesar de estar enfermo, el General siempre seguía adelante. Su esfuerzo y el de todos tuvieron su premio. Después del cruce vencieron varias veces a los españoles en Chile, hasta lograr su completa libertad y después también la de Perú. El sueño de San Martín estaba cumplido: éramos un país libre.

Cumplida su misión se embarcó hacia Europa. Vivió hasta su muerte en Francia con su hija y sus nietas. Murió el 17 de agosto de 1850.

José, que fue un hombre como nosotros, había logrado realizar un hecho extraordinario, un hecho que le otorgó el nombre de héroe. Un héroe humano que a fuerza de coraje y valentía superó sus propias dificultades y con su ejemplo ayudó a sus soldados a que también las superaran. Fue padre, esposo y abuelo. Pero por sobre todas las cosas fue un gran estratega. Él nos trazó un camino que no ha perdido vigencia. Les propongo que lo recorramos juntos, teniendo la confianza de que sus ideales nos guiarán; sabiendo que, si estudiamos todos los días y cumplimos con nuestras obligaciones encontraremos la llave maestra que abre las puertas de la felicidad.

Esta historia que hemos recordado brevemente y que ocurrió hace muchos años, aseguró la libertad de todos los argentinos. Por eso hoy al recordar un nuevo aniversario de su muerte, sólo nos queda agradecerle la libertad que hoy tenemos y hacer un compromiso frente a la bandera que él tanto defendió, de cumplir todos los días con las tareas que nos corresponden, de querer y respetar a nuestra patria y de sentirnos orgullosos de ser argentinos. Pero como dijo San Martín, ante todo, les pido que sean lo que deban ser: ALEGRES, LIBRES, REFLEXIVOS Y SOLIDARIOS.

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